Estadio Azteca, alrededor del mediodía…

Estábamos pegados a la banda. Tan cerca de la cancha, un arbitro de verdad en un partido de verdad nos hubiera expulsado. Yo llegué tarde porque estaba haciendo el programa; mi equipo, dirigido por Brailovsky, ya había sido eliminado como una hora antes, en penales. Cuando pise la cancha, le tocaba jugar al equipo de Sopas, a cargo de Miguel Mejía Barón; era la final del torneito, enfrentando al cuadro de Luis García. Sopas, con uniforme puesto y todo, era ignorado por el director técnico. “Ya estas como el Chiquis en Alemania, nomás paseando” y “Es que se está guardando los cambios” fueron comentarios que llegaron a los oídos del doctor… “Vas, para que no se sigan burlando de ti tus cuates”, le dijo el hombre encargado de la selección nacional en USA 94, indicándole en que zona del terreno debería jugar. Dos minutos en la cancha y dio un pase muy bueno, conectando la media con la delantera. Perdí de vista el juego durante dos segundos… y cuando regresé, ya estaba Sopas en el piso, retorciéndose de dolor….
















Estuvo bien ojete, se rompio no se que madres (de la rodilla) y segun entiendo va a tener que estar en reposo absoluto unos 20 dias y creo que luego un mes en muletas, mas no se cuantas semanas en reposo. No hubo falta, fue el solito, dando un salto, traicionado por su peso. Lo bueno es que el lo ve con optimismo: “Por lo menos fue en el Estadio Azteca, dirigido por Mejía Barón y atendido por el doctor Alfonso Morales.



Una ultima que le tomé, onda paparazzi, desde la ambulancia... fuerza, amigo!!